sábado, 12 de julio de 2008

EL MANUAL DEL PENDEJO (I)


((((Antes de empezar: en el Perú, a diferencia de otros países latinoamericanos en donde el significado es inverso, "pendejo" es un adjetivo vulgar para calificar a una persona astuta como un zorro, hábil tanto para oficios buenos y malos. En algún sentido que se le puede dar, los medios de los que un pendejo se puede valer para lograr sus objetivos rayan las convenciones morales y éticas. Por todo esto, llamó mi atención lo de un manual para ser pendejo. No, no porque quiero ser un pendejo, me urja serlo o algo parecido, aclaro))))
Era las 7 de la noche del martes pasado. Aunque no lo hago siempre, me gusta pasar por el jirón de la Unión cuando salgo del trabajo. El jirón de la Unión, calle de la que se habla como si fuera una mujer en desgracia, de belleza marchita, la otrora pasarela obligada de todo limeño que se respetara. De damas y de caballeros bien.
Asumo que "jironear" tenía toda la sofisticación que hoy podría tener la palabra "shopping" (sin la casi cojudez que su uso en nuestra ciudad y parecidas implica, vale decir). Hoy, según Rafo León en su delicioso libro Lima Bizarra, antiguía del centro de la capital (Aguilar. Lima, 2006) dispara sobre el presente del Jirón con perfecta puntería en la página 15:"Hoy, es el reino de los tatuajes, de los pollos Norky's, del fleterío y su primo hermano el puterío, de las enganchadoras para tiendas de ropa china, donde pasean mendigos y tullidos mendicantes. Son los nuevos jironeadores." En ese contexto, en el cruce del Jirón y la avenida Emancipación un vendedor ambulante ofrecía el Manual del Pendejo (Corporación Editora Chirre S.A., no especifica el año pero sí que sus talleres se ubican en el jirón Azángaro, el Hollywood de la falsificación de documentos de esta parte del mundo).-¿Maestro, a cuánto el Manual del Pendejo?-Un sol, pe' causita, un sol... ¡Su manual del pendejo a un sooool!-Déjamelo a china (50 céntimos, medio sol), pe'.- No seas pendejo conmigo pe' causa, cómprate tu manual primero pe'.(risas de la gente que pasaba)Y, previo desembolso de la moneda plateada, lo compré:


QUERIDO LECTOR, sabemos sobradamente que no eres un pendejo, o al menos que por tal no te consideras, empieza el libro.
¡Claro que no! Por eso es que sufres como sufres, porque para vivir bien en este país tienes que ser eso, de otra manera uno está expuesto a la pendejada de los demás, continúa.
Por eso estamos seguros que después de leer este pequeño manual que hoy ponemos a tu disposición, harás cuanto puedas por llegar a ser un gran pendejo, con todas las de la ley, aunque no tengas disposiciones naturales para serlo. Este es el primer párrafo, el que está titulado como PRESENTACIÓN PENDEJA, a los aspirantes a pendejos.
Confieso que tras su lectura no me siento más o menos pendejo (si alguna vez lo fui). Pero sí que pasé un rato entretenido. Asumí, medio asustado, medio en broma, que los otorongos (como llamamos los peruanos a nuestros congresistas, pendejos vividores en su mayoría, paradigma de la fauna parasitaria que suele habitar en nuestra política) pasaron por Jirón de la Unión y Emancipación y se compraron su manual. ¿Por qué? Un repaso a COMPARACIÓN ENTRE EL TONTO Y EL PENDEJO (Pg. 8) nos dará la respuesta:
-El tonto se deja engañar siempre. El pendejo nunca, es él quien engaña.
- El tonto da explicaciones de sus actos. El pendejo jamás da de los suyos.
- El tono juega y pierde. El pendejo solo gana y cuando no gana patea el tablero.
- El tonto se enamora. El pendejo enamora.
- El tonto trabaja. El pendejo hace trabajar a los demás.
- El tonto vive mal. El pendejo vive requete bien.
El tonto paga los plazos. El pendejo aplaza los plazos.
En medio de la lectura recordé a los maestros de El Gran Combo de Puerto Rico y su canción Y no hago más na'. ¡Es la canción del pendejo parásito, casi un himno para ellos! Esta es una versión Reggaetón remix: